Es curioso (por decir lo mínimo) que nos parezca normal el hecho de que las tareas de limpieza del hogar sean tan contaminantes. Limpiamos la casa pequeña, la de las cuatro paredes, con productos que llenan de mugre y de cosas tóxicas la casa grande, la que compartimos con millones de otros seres vivos: el planeta. ⠀
⠀
A punta de mensajes publicitarios, nos hemos convencido de que tenemos que convertir nuestras casas en espacios completamente asépticos, aptos para cirugías a corazón abierto… y para eso nos venden líquidos desinfectantes, jabones antibacteriales, esponjillas sintéticas, etc. Todo, además, metido en envases voluminosos y súper contaminantes. ⠀
⠀
Yo hace rato me despedí de esos productos, y en este momento la rutina de lavado de platos en mi casa requiere solo un trozo de estropajo vegetal (luffa) y una barra de jabón (fabricado a partir de aceite de cocina usado) o jabón líquido que consigo a granel. Nada más. Nada de empaques, nada de componentes ultra-tóxicos, y nada de obsesión con la -de por sí imposible- asepsia. Limpieza básica, y ya está. #EsImposibleVivirSinBacterias⠀
⠀
(El estropajo de la mitad ya cumplió su vida útil y va a la paca digestora, donde se reintegrará con la tierra🌿).
