Las ideas no sirven para nada

Las ideas no sirven para nada

Reflexiones

Muchas personas me preguntan cómo lo hago para hacer tantas cosas. Yo no sé cómo lo hago, pero sí sospecho que tengo una tendencia a irme hacia un extremo —no muy sano— que consiste en querer hacer TODO. ⠀

A mí me gustaría aprender a no querer hacerlo todo. Tengo, con mucha frecuencia, la sensación de que lo que hago no es suficiente, que no me alcanza la vida para hacer todo lo que quiero hacer, y no es una sensación agradable; es agotadora. Lo ideal, creo yo, sería encontrar un punto medio, donde tenga suficiente motivación y confianza en mi propio trabajo para hacer las cosas, y también suficiente claridad para darle a mi tiempo y a mis recursos vitales su justa proporción. Así quiero aprender a ser.

Sin embargo, si tuviera que elegir entre dos extremos (el de quien quiere hacerlo todo y quien no se anima a hacer nada), me quedaría con este. ⠀

Creo que los humanos estamos demasiado convencidos del poder de nuestras ideas, y pensamos más bien poco en lo inútiles que son las ideas cuando no se llevan a cabo. Por ejemplo, conozco muchas personas que comparten la idea de que debemos aprender a vivir de manera más sostenible… pero no hacen NADA al respecto. Piensan que el hecho de tener esa idea en la cabeza ya es suficiente para generar cambio.⠀

Ahí, en el mundo intangible y abstracto de las ideas, todo funciona (porque es imaginario), y no tenemos que trabajar ni esforzarnos, porque las ideas requieren poca energía para mantenerse “vivas”. Es cuando queremos materializar esas ideas que nos damos cuenta del trabajo y el aprendizaje que requieren y la frustración que generan… y que aún con todo ese trabajo y aprendizaje, nuestra idea materializada estará lejos de ser perfecta. ⠀

Creo que ahí, en el miedo de enfrentarnos a la imperfección de nuestras ideas cuando se materializan, está parte de la raíz de nuestra pasividad. ⠀

No nos tenemos que ir al extremo de querer hacerlo todo, pero BASTA de pensar que tener buenas ideas es suficiente para cualquier cosa. Las ideas no sirven para nada cuando se quedan en la cabeza. Las ideas solas no cambian el mundo. Las acciones concretas con respecto a esas ideas, sí.