Fetiță

Fetiță

Personal

Estos últimos días estuve cerca de Tulcea, en Rumania, y me hice amiga de Fetiță, una perrita muy pequeña a la que no sé dónde le cabía tanta alegría. Fui feliz cada vez que me saludaba y cada vez que podía sentarme a leer a su lado, y se me rompió un poco el corazón cuando me tuve que despedir de ella para seguir mi viaje. ⠀

A veces pienso que me gustaría mucho poder hablar por Skype o añadir a Facebook a los animales que conozco para poder seguir enterada de sus vidas; pero en el fondo sé que parte de la belleza de las amistades con los animales es que funcionan completamente diferente a las amistades con otros humanos, especialmente cuando de comunicación se trata. Voy a echar mucho de menos a Fetiță, y seguramente nunca la volveré a ver (más que en las 800 fotos que le tomé) pero se me queda para siempre pegada de un pedacito del corazón. ⠀

Ahora estoy pensando que mi corazón se ha roto en tantos pedazos cada vez que me separo de amigas/os animales (cuando se van, cuando me voy, cuando se mueren) que tengo suficientes pedacitos para regalarle a todos los animales del mundo.⠀

(Un agradecimiento a Maluma por ayudarme —sin proponérselo— a encontrarle explicación a lo que siento, a través de la que ha sido la banda sonora oficial/accidental de mi viaje por Rumania).