CRRIC

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Campañas, Reflexiones

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Ahora nos parece súper normal dar regalos en navidad, pero durante mucho tiempo fue ilegal porque se asociaba con celebraciones paganas. De hecho, la navidad es un invento más bien reciente, que surgió básicamente para “aplastar” otras celebraciones que no estaban relacionadas con asuntos religiosos. Pero debido a cambios culturales (incluyendo la legalización de las celebraciones navideñas en 1680 en EEUU) y a la revolución industrial, los regalos y el consumo desbordado empezaron a ser los protagonistas de diciembre.

En 1904 la escritora Margaret Deland publicó un texto en la revista Harper’s Bazaar en el que decía “hace 25 años la navidad no era la carga que es hoy en día. Había menos regateo, menos quid pro quo, menos fatiga en el cuerpo, menos desgaste del alma; y, sobre todo, había mucha menos basura”. Estaba claro que el ajetreo de la navidad no era placentero para todo el mundo.

Luego, en 1911, Anne Morgan y Eleanor Robson Belmont fundaron la SPUG, “Society for the Prevention of Useless Giving” (Sociedad para la prevención de los regalos inútiles) para hacerle resistencia al consumismo rampante, y para rebelarse contra la hipocresía de los regalos que solo se daban “por compromiso o por estar esperando otros regalos o favores a cambio”. Según Atlas Obscura, al principio eran un par de docenas de mujeres, pero después llegaron a ser más de 6.000 integrantes, incluyendo al ex-presidente de EEUU Theodore Roosevelt (que fue el primer hombre en formar parte de la sociedad) .

Si Margaret, Anne y Eleanor (tres mujeres de las que me gustaría ser mejor amigui) vieran las proporciones que han tomado el consumismo, la basura y la “hipocresía del regalo por compromiso” un siglo después de la fundación de la SPUG, creo que usarían todo el poder de las redes sociales para darle un necesario y merecido renacimiento a su sociedad.

Como ellas ya no están (y como no conozco otros movimientos que hayan retomado oficialmente la filosofía de las SPUGs) propongo que empecemos un movimiento: El club de la resistencia al regalo inútil y por compromiso. El CRRIC, que además suena como se oyen los grillos cuando hay silencio. Bienvenides 🦗