2018 fue un año raro para mí. Raro bien, y raro mal, y raro todo lo que hay entre bien y mal. Fue un año increíble y fue un año como cualquier otro, también. Y ya se va a acabar… lo cual no significa realmente nada pero igual tiene una carga simbólica importante que vale la pena aprovechar.
A mí esta es una de las pocas fechas que me gusta celebrar, pero no tengo una manera puntual de celebrar sino que voy improvisando. Durante varios años mandé una carta (email) a mis seres queridos con una tarjeta hecha por mí. Hace un par de años estoy escribiéndome cartas a mí misma, para leerlas cuando se esté acabando el año siguiente. A veces bailo, a veces no, a veces bebo, a veces no. Pero siempre celebro .
No me gusta escribir propósitos porque me suenan a tareas, y yo ya me pongo suficientes tareas como para usar el 31 de diciembre para ponerme todavía más… sin embargo, hoy quiero compartir un solo propósito que me gustaría que fuera un propósito compartido por muchos miles de personas: digámonos menos mentiras. Es difícil, pero vale la pena.
Gracias por estar aquí y prestarle atención a lo que opino, a lo que escribo y a lo que comparto. Feliz fin de 2018 y feliz comienzo de 2019 ♡
P.D. Me faltó una tilde al final. Vale la pena añadir “mantener los estándares auto-impuestos de perfección ortográfica es difícil”. Gracias.