Hoy, gracias a la inspiración y movilización de Greta Thunberg y el movimiento #FridaysForFuture, se convoca a una movilización mundial para exigir acción política frente a la crisis climática.
¿Para qué salir a la calle a marchar, acaso sirve para algo? Sí, sirve para visibilizar, sirve para sacar de nuestra vida privada la preocupación (y la angustia, la tristeza, el miedo y la frustración) por esta crisis y convertirla en lo que realmente es: un problema COLECTIVO, político, social, económico, que solo se va a resolver si exigimos —y nos comprometemos con— acción COLECTIVA, política, social y económica. Sirve para que la gente del sector político vea que somos muchas las personas que estamos prestando atención al colapso ecosistémico que nos atraviesa y nos amenaza. Sirve para que los medios de comunicación masivos vean que no estamos tan distraídes viendo series como para olvidar que ellos están omitiendo información esencial sobre esta crisis y sobre las maneras de abordarla. Sirve para que quienes siguen en sus casas, indiferentes, mirándose el ombligo, empiecen a preguntarse “¿por qué está marchando esta gente?”.
Así que pongámosle pausa un rato al desbordado interés sobre dónde están los otros planetas… que el hecho de Mercurio esté o no en retrógrado no te va a cagar tanto la vida (a ti y a todos los habitantes del planeta, de todas las especies) como el hecho de que la Tierra esté en crisis. Y la Tierra está en crisis.
Busca información sobre marchas y encuentros en tu ciudad. Si no hay nada programado, invita a tus amigues a hablar sobre esto y compartan ideas. Podemos poner en segundo plano nuestra vida personal por un momento y enfocarnos en el futuro de la vida en el planeta. Sal hoy de tu casa y movilízate. Eso.
(Esta imagen no es un “ataque” a quienes se sienten cercanxs a la astrología; es simplemente un juego de palabras que funciona para mostrar el contraste en nuestros intereses, y cómo colectivamente le prestamos más atención a cosas menos urgentes y más cómodas —y aquí entran muchos otros temas, obvio—, mientras en el fondo se quema nuestra casa).