Esta es una foto que me tomé en un espejo muy bonito (en la casa de Victoria Holguín), y que quise compartir porque me gusta verme ahí en esos hexágonos, me gusta mirarme en espejos y ventanas, y también porque los espejos son muy raros y más raro todavía es que, cuando nos miremos en ellos, reconozcamos que esa persona que vemos al otro lado somos nosotrxs mismxs aunque estemos al revés. Y es rarísimo que siempre nos veamos al revés de como nos ve el resto de la gente, y me pregunto si eso explica por qué nos gustamos tan poco cuando nos vemos en fotos… porque nos vemos al revés de como creemos que somos. Es una reflexión sobre los espejos o sobre la percepción que tenemos sobre quiénes creemos que somos, lo que prefieran.
Y ya. Una selfie de espejo, una reflexión sobre lo raros que son, y un mensaje que dice: sigo aquí “al otro lado de la pantalla”, pero me estoy sintiendo cansada y confundida con la faceta digital de mi vida, y todavía no sé cómo quiero abordarla. Así que la seguiré abordando erráticamente y de manera poco consistente hasta nuevo aviso. Agradezco su comprensión. Eso. Chao ♥️