Por estos días me he encontrado más de una vez con afirmaciones tipo “la plaga somos nosotros”, “la humanidad es el verdadero virus”.
Esas ideas no son nuevas, y ahora (después de años de haber decidido que no quiero sostenerlas en mi cabeza) me parecen muy peligrosas: alimentan el desprecio hacia nosotrxs mismos, como individuos y como parte de esta especie.
Una persona deprimida que se repite a sí misma que todo lo que hace es una mierda, difícilmente podrá trascender ese estado depresivo. Una especie que se repite a sí misma que es una plaga y que merece desaparecer, difícilmente podrá trascender ese estado destructivo. En ninguno de los dos casos se reduce solo a la “buena actitud”, por supuesto, pero en ninguno de los dos casos tiene sentido darle más golpes a lo que ya está en el suelo.
A lo largo de la historia ha habido múltiples comunidades humanas que han sabido coexistir con los ecosistemas de los que forman parte sin agotarlos. Los humanos NO somos el problema SOLO por ser humanos. El problema son algunos sistemas insostenibles (y ahora dominantes) creados por algunos humanos, en el que muy pocos se benefician y del cual la mayoría de nosotros o ni sabemos que somos parte o —aunque queramos— no sabemos cómo salir.
Decir que la humanidad es una plaga es reduccionista y peligroso. Alimenta el desdén, y el desdén lleva a la indiferencia y a la falta de acción. Decirnos que somos lo peor NO nos motiva a actuar. Nos convence de que es demasiado tarde y cualquier esfuerzo es perdido. Y así, se convierte en una excusa para “ahorrarnos” el esfuerzo que se requiere para generar los cambios profundos que necesitamos para seguir existiendo, para no agotar el planeta del que formamos parte.
No se trata de afirmar que todo “está bien” con la humanidad. Se trata de aceptar que ni todo está bien ni todo está mal, porque “todo” es mucho, y es imposible definirlo como una sola cosa. Así como nosotrxs. Así como la naturaleza.
Creo que solo saldremos de este atolladero cuando seamos capaces de reconocer que, incluso con nuestras atrocidades, somos parte de la naturaleza. Solo así entenderemos que no es “nosotrxs O ella”, sino “nosotrxs CON ella”.